Antoni Gaudí concibió la Sagrada Familia como una combinación de estilos gótico y modernista. Utilizando una variedad de formas orgánicas, Gaudí pretendía crear una estructura que armonizara naturaleza y arquitectura. Está abierta a los turistas durante todo el año, con diferentes horarios según la época. Es aconsejable reservar las entradas por Internet, ya que las entradas se programan en franjas horarias.
Quienes deseen profundizar en la historia de este asombroso edificio y obtener el contexto necesario para disfrutar realmente de sus detalles más sutiles, pueden considerar la posibilidad de realizar una visita guiada.
Para las personas con problemas de movilidad, la Sagrada Familia es totalmente disfrutable por personas con cualquier necesidad, excepto sus torres, que requieren una buena cantidad de escalones para volver a la planta baja.
La Sagrada Familia comenzó a construirse en 1882 bajo la dirección del arquitecto Francisco de Paula del Villar, antes de que Gaudí se hiciera cargo del proyecto en 1883. Gaudí dedicó la última parte de su vida exclusivamente a esta tarea monumental. Tras su muerte en 1926, la construcción continuó sobre la base de sus detallados modelos y planos.
Entre los hitos más significativos figuran la finalización de la fachada del Nacimiento en 1935 y los progresos realizados en la fachada de la Pasión a finales del siglo XX. En 2010 se habían terminado elementos clave como la nave y el altar mayor, lo que permitió su consagración por el Papa Benedicto XVI.
La construcción de la Sagrada Familia se ha enfrentado a numerosos retos, como la agitación política, problemas de financiación y dificultades técnicas. Durante la Guerra Civil española de los años treinta, los planos y maquetas originales de Gaudí quedaron destruidos en gran parte, por lo que fue necesario reconstruirlos a partir de los documentos conservados y las interpretaciones de arquitectos posteriores.
La Sagrada Familia pide a los visitantes que vistan con modestia. No se permiten camisetas sin mangas, camisetas de tirantes, sombreros ni bañadores. Los pantalones, vaqueros o faldas deben llegar al menos hasta la mitad del muslo. Tampoco está permitida la ropa transparente.
Las mujeres deben llevar blusas que cubran los hombros y evitar la ropa escotada o transparente. Las faldas y los vestidos deben llegar hasta la rodilla o más. Los pantalones cortos deben llegar a medio muslo.
Los pantalones cortos están permitidos siempre que cubran la pierna hasta al menos la mitad del muslo. No se permiten los pantalones muy cortos. Esta norma se aplica tanto a hombres como a mujeres.
Las maletas grandes y los bolsos de gran tamaño no están permitidos en el interior. Las mochilas y los bolsos pequeños están permitidos, pero pueden ser revisados por seguridad.
Lo mejor es llevar sólo lo necesario para la visita a fin de agilizar y facilitar la entrada.
El código de vestimenta no cambia con las estaciones. Incluso en verano, hay que cubrirse los hombros y las piernas al menos hasta medio muslo. Se recomiendan tejidos ligeros y frescos en los meses más cálidos, pero el resto de normas se mantienen.
El mismo código de vestimenta se aplica tanto a las zonas interiores como a las exteriores. Las personas deben permanecer cubiertas desde los hombros hasta al menos la mitad del muslo, independientemente del lugar del recinto en el que se encuentren.